Escenarios originales para un reportaje fotográfico de boda

Elegir el escenario adecuado donde realizar un reportaje fotográfico de boda es clave para que las instantáneas reflejen la personalidad de la pareja. Dedicarle tiempo a pensar e indagar sobre qué lugar es el que mejor os representa merece la pena, ya que no todos los sitios ofrecen la misma cantidad de posibilidades ni de detalles con los que pueda jugar el fotógrafo. Así pues, echadle imaginación, bucead por internet e identificad ese enclave mágico que hará de vuestro reportaje algo único y original.

Pero antes de poneros con el brainstorming, os aconsejamos que tengáis en cuenta una serie de consideraciones. Por ejemplo, ¿qué tipo de vestido va a llevar la novia? ¿Y el novio? ¿Desenfadados o muy elegantes? ¿Con qué tonos combinarían mejor los colores de ambos trajes? ¿Tenéis pensado que vuestro álbum sea en blanco y negro? ¿Queréis que predominen las fotografías dinámicas —como los robados— o preferís un estilo más tradicional? ¿Habéis pensado en pedirle consejo a vuestro fotógrafo? A continuación os proponemos algunos lugares que, a nuestro entender, no solo son originales sino que probablemente incentiven vuestra creatividad… Y, antes de tomar una decisión u otra, ¡recordad que las fotografías del reportaje van a acompañaros durante el resto de vuestras vidas!

Enclave marítimo

Con ‘enclave marítimo’ nos referimos a todo aquel lugar que esté influenciado por el mar. Puede tratarse de un puerto, de un pueblo costero o, por supuesto, de una playa (mezclar todas estas posibilidades es una magnífica opción si la temática encaja con vuestros gustos). Un enclave marítimo mezcla el exotismo inherente al mismo con ese halo de misterio con el que son dotadas las fotografías gracias al influjo de la luminosidad y la inmensa gama de azules predominantes en estos lugares. Además, en estas localizaciones la naturaleza suele escurrirse de manera inevitable en la mayoría de instantáneas y cobrar gran protagonismo, algo que dotará a vuestro reportaje de una sensación de unicidad y romanticismo enorme.

Paisaje urbano

¿Y por qué no revisitar aquellos lugares de vuestra ciudad por los que habéis pasado una y mil veces para que os retraten en ellos bajo una nueva perspectiva? El bar donde os reunís con los amigos, vuestro restaurante favorito, el banco donde os besasteis por vez primera, esa plaza por la que pasáis a diario al ir y al salir del trabajo, vuestro museo predilecto, esa librería a la que os gusta acudir de manera regular, el mercado al que vais cada domingo, etc. Recordad que, por más comunes y aburridos que os parezcan estos sitios, el filtro de una cámara fotográfica los transformará de manera ineludible e insospechada y os ofrecerá una óptica nueva y original. Además, una ciudad ofrece infinitas posibilidades de jugar con la simetría proporcionada por las líneas de los edificios, las aceras, las calzadas, etc.

Vuestra propia historia (contada en secuencias temporales)

Aunque esta propuesta no se refiere a un enclave determinado, la idea hará que cientos de posibles lugares e imágenes acudan a vuestra cabeza de inmediato. Nos referimos, sencillamente, a la posibilidad de realizar un reportaje que cuente, de forma lineal, una historia: la vuestra. Esta puede tener muchas variantes: por ejemplo, podéis reconstruir a través de instantáneas la historia de cómo os conocisteis; o cómo sería un día ideal en la vida de ambos; o… Las opciones son prácticamente infinitas. Sin duda, es una idea ambiciosa y que llevará bastante más trabajo que las anteriores (y que casi cualquiera que se nos ocurra): deberéis seleccionar los momentos exactos que mejor combinen entre sí y que conformen el argumento de vuestra historia, así como montar cada uno de los escenarios donde se hayan producido las situaciones elegidas. Además, y dado que cada fotografía (o grupo de ellas) debe ser tomada en un escenario distinto (con su iluminación particular correspondiente, los traslados, etc.), el coste del reportaje será más elevado que el de una sesión tradicional. Pero, desde nuestro punto de vista, pagar un poco más y devanarse los sesos pensando en qué historia contar y con qué imágenes hacerlo (para esto último podéis pedir consejo a vuestro fotógrafo) merece de sobra la pena: la satisfacción que sentiréis al ver el trabajo terminado (y en el que habréis jugado un papel muy activo) será de un valor incalculable.

Una boda boho chic: todo lo que necesitas saber

El estilo boho chic es una de las tendencias más en boga de los últimos años. Si bien tiene que ver sobre todo con una característica manera de vestir, esta va muy ligada a una filosofía de vida que es preciso tener en cuenta para comprender el concepto de manera correcta. El término ‘boho chic’ nace, como puede advertirse sin mucha dificultad, de la mezcla entre lo bohemio (hippie, alejado de la convención) y lo chic (elegante, distinguido, a la moda). Es decir, que hablamos de un estilo desenfadado pero que, a la vez, dota a sus acólitos de una distinción acentuada.

Como la mayoría de tendencias en moda, el boho chic también irrumpió hace tiempo en el universo nupcial, que adaptó los rasgos de este estilo a todas y cada una de las facetas de una boda. Y, obviamente, ello se refleja en el campo de trabajo en el que nosotros somos expertos: la fotografía de boda. Desde los vestidos de los novios hasta los lugares donde se realizan la ceremonia y el banquete, pasando por la decoración o los vehículos utilizados para transportar a la pareja, los detalles de una boda boho chic conforman un todo armónico que, por qué no decirlo, queda especialmente bonito tras pasar por el filtro de una cámara (siempre que esta esté en manos de un profesional experto, claro). Veamos a continuación algunas de las principales características que no pueden faltar en toda boda boho chic que se precie:

Indumentaria casual   

La indumentaria de los novios (y la de los invitados) en una boda bohemia-pero-moderna quizá sea el aspecto más fácil de adivinar para todo aquel que no esté familiarizado con este peculiar estilo. Tanto la novia como el novio portarán ropas que se caractericen por ser cómodas y desenfadadas, y que reflejarán la personalidad exclusiva de cada uno de lo cónyuges. En particular, el vestido de la novia (que suele cobrar más protagonismo y generar más quebraderos de cabeza que el del novio) suele ser vaporoso, de tonos claros (blanco y beige suelen ser combinados con marrones y ocres) y con encajes y/o detalles colgantes (flecos, hilos, mangas anchas, etc.). Asimismo, el peinado de una novia boho chic suele huir de la laca y la pomposidad para dejar paso a estructuras mucho más sencillas, pero no menos cuidadas, como pueden ser las trenzas, las colas de caballo o incluso cabellos sueltos e intencionadamente despeinados. Eso sí, sea cual sea la opción por la que se decante la novia, en su cabeza no puede faltar algún detalle floral (ya sea una corona de flores secas, ya una única flor que añada un toque de color al conjunto).

Un entorno natural

En una boda boho chic, el enclave elegido para la celebración del enlace y el posterior banquete cobra especial relevancia (quizá más que en la mayoría de ceremonias nupciales), convirtiéndose así en un protagonista más (con permiso de los novios) de la jornada festiva. Y, sin lugar a dudas, los lugares predilectos de este estilo son aquellos donde la naturaleza se abre paso aquí y allá. De este modo, bosques, playas, granjas, masías, graneros, etc., son espacios ideales para toda auténtica ceremonia boho chic. Así, el verde y los tonos armónicos proporcionados por la naturaleza son los predominantes, algo que el fotógrafo encargado de realizar el reportaje suele agradecer sobremanera, debido a la luminosidad natural y a la vivacidad de los colores. En definitiva, en una boda boho chic suele huirse de los lugares cerrados (como salones o restaurantes) para optar por espacios abiertos, en los que circule el aire y haya libertad de movimiento.

Textura atemporal

Asimismo, los reportajes fotográficos de una boda boho chic suelen caracterizarse por tener un halo de atemporalidad bastante enfatizado. Para ello, se utilizan filtros específicos que atenúan el contraste, dotando a las fotografías de una mayor vaporosidad y suavidad. A ello contribuye también el entorno natural descrito en el párrafo anterior, ya que tanto los colores como la luz propios de la naturaleza son especialmente propensos a inducir esa sensación de ensoñación a la que nos referimos, sin duda uno de los rasgos más distintivos de esta clase de ceremonias.